Depresión y las festividades - Terapia Web

Depresión y las Festividades

Depresión y las Festividades: Incremento del Malestar Emocional en Navidad y Año Nuevo

Durante las festividades de fin de año, como la Navidad y el Año Nuevo, muchas personas experimentan sentimientos positivos como la alegría y la conexión con otros. Sin embargo, para quienes atraviesan un episodio de depresión, estas fechas pueden traer un profundo malestar emocional, ya que los ideales de felicidad contrastan con su realidad interna, generando sentimientos de aislamiento, tristeza y desesperanza. A continuación, desde el enfoque de la psicología clínica, exploraremos por qué estas emociones pueden intensificarse en esta época del año y algunas alternativas para enfrentar estos momentos difíciles.

Depresión y sus Síntomas ¿Por qué Podrían Incrementarse en las Festividades?

Las festividades suelen asociarse a la alegría y la celebración, pero para muchas personas, esto puede traer consigo presiones sociales, familiares y personales difíciles de sobrellevar. Autores reconocidos, como Aaron Beck (1976), padre de la Terapia Cognitivo Conductual (TCC), explican que los pensamientos automáticos negativos —aquellos que surgen sin esfuerzo y pueden ser negativos y persistentes— suelen intensificarse cuando los contextos externos demandan una actitud positiva o festiva.

En estas fechas, pensamientos como “Debería estar feliz” o “Todos están disfrutando menos yo” pueden reforzar la percepción de que la persona está fallando de alguna manera (Ellis,1962), exacerbando los sentimientos de soledad, fracaso o defectuosidad.

Además, la TCC ha identificado que estas situaciones pueden activar patrones de comparación negativa que contribuyen a un pensamiento depresivo. Según la psicología cognitiva, este fenómeno se agrava en festividades cuando el contexto parece intensificar los deseos de cercanía social y pertenencia (Baumeister & Leary, 1995). Así, atravesar un episodio de depresión en estas fechas no debe reducirse meramente a “tristeza o bajón navideño,” sino que es el resultante de una combinatoria de factores como pensamientos automáticos distorsionados, cambios comportamentales, biológicos y un cúmulo de experiencias emocionales desvitalizantes y displacenteras.

Sentimientos de Soledad y las Festividades: Una Explicación Psicodinámica

La psicología psicodinámica sugiere que los momentos festivos pueden abrir heridas emocionales relacionadas con experiencias pasadas (dolorosas o traumáticas) o conflictos psíquicos no resueltos. Según el reconocido psicoterapeuta David Malan (1979), creador de la Psicoterapia Psicodinámica a Corto Plazo (ISTDP), los períodos de festividades pueden actuar como “recordatorios” de viejas relaciones, pérdidas o decepciones, activando en el inconsciente de la persona patrones de tristeza o abandono que agravan los síntomas depresivos, en especial, el sentimiento de soledad. Esto puede suceder, especialmente, en personas que han experimentado rupturas familiares, ausencias importantes o traumas previos, situaciones que pueden resurgir con mayor fuerza en épocas donde las conexiones familiares y sociales son culturalmente esperadas.

Estrategias Cognitivas y Conductuales para Mejorar el Estado de Ánimo

Los distintos enfoques de psicoterapias cognitivas proponen una serie de estrategias útiles para aliviar algunos de los sentimientos que hemos mencionado. Algunas prácticas favorables suelen ser:

  • Identificar y Desafiar Pensamientos Negativos: Una herramienta central de la TCC es aprender a identificar pensamientos negativos automáticos y cuestionar su validez. Si surgen pensamientos como “Debería sentirme feliz como los demás,” es útil preguntarse: “¿Es esto realista?” o “¿Hay otra forma de ver esta situación?”
  • Planificar Actividades Significativas: En lugar de presionarse por participar en grandes reuniones, se puede optar por actividades que generen tranquilidad, como la lectura, ver una película o simplemente pasar tiempo con seres queridos en un ambiente más íntimo.
  • Fomentar la Autocompasión: Las psicoterapias de tercera ola, en especial la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) (Hayes et al., 2012), sugiere que la autocompasión y la aceptación de las experiencias emocionales dolorosas son fundamentales para afrontar la depresión.
  • Práctica de Mindfulness: Sin constituir una práctica espiritual o “New Age”, las terapias de tercera ola, como la Terapia Cognitiva Basada en Mindfulness (Segal et al., 2018), fomentan el desarrollo de la capacidad de observar los propios pensamientos y las emociones con cierta distancia, traer la atención al presente y evitar así quedar atrapado en pensamientos negativos cíclicos.
  • Reforzar las Actividades Placenteras y de Autocuidado: La Terapia Dialéctico Conductual (DBT), creada por Marsha Linehan (1993), enfatiza la importancia de incorporar actividades que refuercen el autocuidado, lo cual puede ser desde un paseo por un parque hasta escribir un diario de gratitud, para contrarrestar los pensamientos negativos que emergen en esta época del año.

Depresión: la Importancia de Buscar Ayuda Profesional

Si bien estas técnicas pueden ofrecer alivio, es importante recordar que la depresión requiere un acompañamiento profesional. Psicoterapeutas formados en Terapia Cognitivo-Conductual, Terapias Cognitivas de Tercera Ola o Terapia Psicodinámica pueden ayudar a abordar las raíces profundas del malestar y ofrecer estrategias personalizadas. Además, los grupos de apoyo pueden ser de gran ayuda en esta época, ofreciendo un espacio donde compartir experiencias con otros que puedan estar enfrentando sentimientos similares.

No Estamos Solos (Aunque Así lo “Digan” Nuestros Sentimientos)

Es frecuente que los síntomas de depresión se intensifiquen en las festividades, pero existen recursos y personas que pueden ayudar. No es necesario enfrentarse a estos sentimientos en soledad; buscar apoyo y compartir lo que se siente puede ser un primer paso significativo para aliviar el dolor. Las festividades, con todo su peso emocional, pueden ser difíciles, pero la evidencia nos indica que existen caminos hacia una vida más balanceada y significativa.

  

Depresión y las Festividades
Referencias
  • Beck, A. T. (1976). Cognitive therapy and the emotional disorders. International Universities Press.
  • Ellis, A. (1962). Reason and emotion in psychotherapy. Lyle Stuart.
  • Hayes, S. C., Strosahl, K. D., & Wilson, K. G. (2012). Acceptance and commitment therapy: The process and practice of mindful change (2nd ed.). Guilford Press.
  • Linehan, M. M. (1993). Cognitive-behavioral treatment of borderline personality disorder. Guilford Press.
  • Malan, D. H. (1979). Individual psychotherapy and the science of psychodynamics. Butterworth-Heinemann.
  • Segal, Z. V., Williams, J. M. G., & Teasdale, J. D. (2018). Mindfulness-based cognitive therapy for depression. Guilford Press.

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Migración Forzada: El Dolor del Exilio

Migración Forzada: El Dolor del Exilio

La migración forzada es una de las experiencias más dolorosas que puede vivir un ser humano. Ya sea impulsada por conflictos armados, persecuciones, desastres naturales o crisis económicas, esta forma de desplazamiento implica no solo una separación física del hogar, sino también un desgarramiento emocional y cultural. Veremos a continuación cuál es el impacto psicológico de tener que abandonar la patria contra la voluntad propia, así como las emociones y desafíos que acompañan esta experiencia.

Migración Forzada y Las Pérdidas Involuntarias: Vivir en el Exilio

Dejar la tierra natal bajo circunstancias forzosas no es solo cambiar de lugar; es perder un mundo entero. Según Edward Said (2000), quien reflexionó profundamente sobre el exilio, “perder el hogar es perder más que un techo, es perder un lugar de pertenencia”. Este tipo de migración implica rupturas múltiples:

  • Ruptura Cultural: La lengua, los rituales, las costumbres y los paisajes familiares quedan atrás, dejando al individuo en un entorno desconocido que puede parecer hostil.
  • Pérdida de Relaciones: Familias y comunidades a menudo se ven separadas abruptamente, dejando un vacío emocional difícil de llenar.
  • Ausencia de Seguridad: La incertidumbre del futuro y la precariedad en el lugar de destino intensifican el dolor.

El Dolor Emocional de “Tener que Irse”

Los sentimientos asociados a la migración forzada son complejos y, con frecuencia, contradictorios. Entre las experiencias emocionales más comunes se encuentran:

  • Duelo por la Pérdida: Como señala Pauline Boss (1999), el duelo ambiguo surge cuando las pérdidas no son claras ni definitivas. En la migración forzada, el país de origen sigue existiendo, pero inaccesible, lo que intensifica el dolor.
  • Culpa del Superviviente: Muchas personas sienten culpa por haber dejado atrás a familiares o amigos en circunstancias adversas.
  • Miedo e Incertidumbre: El futuro en un nuevo lugar es incierto, y las barreras culturales, sociales e idiomáticas pueden aumentar la sensación de vulnerabilidad.

Migración Forzada y Su Impacto en la Identidad

La migración forzada también representa un desafío para la identidad personal. Según Erik Erikson (1968), la identidad se forma en relación con el entorno social y cultural. Al ser desarraigados, los migrantes enfrentan una “crisis de identidad”, ya que deben reconstruirse en un nuevo contexto que a menudo no valida su historia o su cultura.

Además, la estigmatización y la discriminación en los países de recibimiento pueden reforzar sentimientos de exclusión y alienación, lo que dificulta aún más el proceso de adaptación.

La Migración Forzada También Invita a un Camino de Reconstrucción

Aunque la migración forzada es una experiencia dolorosa, muchas personas logran encontrar resiliencia y reconstruir sus vidas. Factores que favorecen esta reconstrucción incluyen:

  • Conectar con Comunidades de Origen: Las redes de apoyo con otros migrantes que comparten experiencias similares ayudan a mantener un sentido de identidad y pertenencia.
  • Acceso a Recursos Psicológicos y Sociales: La intervención de profesionales de la salud mental, como señala Ann Masten (2014), es clave para procesar el trauma y encontrar estrategias de adaptación.
  • Narrativas de Resiliencia: Reconstruir la historia personal desde una perspectiva de fortaleza y superación puede ayudar a resignificar la experiencia de pérdida.

Conclusiones Sobre la Migración Forzada

La migración forzada deja cicatrices profundas en quienes la viven, marcadas por la pérdida de la patria, la cultura y las relaciones queridas. Sin embargo, también es un testimonio de la capacidad humana para resistir y adaptarse. Comprender y atender el dolor emocional asociado con esta experiencia es esencial, no solo desde una perspectiva psicológica, sino también desde un enfoque humanitario que valide el sufrimiento y reconozca la dignidad de los migrantes.

El acompañamiento psicosocial, la creación de redes solidarias y las políticas inclusivas son caminos para aliviar el peso de este dolor y permitir a quienes migran forzadamente reconstruir sus vidas, sin perder de vista sus raíces.

  

Migración Forzada: El Dolor del Exilio
Referencias
  • Boss, P. (1999). Ambiguous Loss: Learning to Live with Unresolved Grief. Harvard University Press.
  • Erikson, E. H. (1968). Identity: Youth and Crisis. W. W. Norton & Company.
  • Masten, A. S. (2014). Ordinary Magic: Resilience in Development. The Guilford Press.
  • Said, E. W. (2000). Reflections on Exile and Other Essays. Harvard University Press.

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Duelo Migratorio: Un Viaje Hacia la Reconstrucción de las Pérdidas

Duelo Migratorio: Un Viaje Hacia la Reconstrucción de las Pérdidas

Desde los albores de la humanidad, el impulso migratorio ha sido parte esencial de la naturaleza nómade del ser humano. Nuestros ancestros se desplazaban de una región a otra en busca de alimentos, recursos y seguridad, respondiendo a las necesidades básicas de supervivencia. Este impulso primario de moverse hacia nuevos territorios ha evolucionado con el tiempo, pero las razones subyacentes —la búsqueda de mejores oportunidades o la necesidad de escapar de peligros— se mantienen vigentes.

Sin embargo, cuando la migración se produce de forma forzada, el proceso psicológico cambia radicalmente. A diferencia de la migración voluntaria, que puede estar acompañada de emociones positivas como la esperanza y la motivación, la migración forzada suele estar vinculada a sentimientos de pérdida, desarraigo y dolor emocional. Este artículo analiza el duelo migratorio, sus dimensiones psicológicas y culturales, así como la relación entre la migración moderna y la naturaleza nómade inherente al ser humano.

La Naturaleza Nómada del Ser Humano

Para comprender la experiencia del duelo migratorio, es crucial reconocer la historia evolutiva de la especie humana. Los primeros homínidos, se desplazaron desde África hacia otros continentes, adaptándose a nuevos climas, paisajes y recursos. Esta condición nómada respondió a la necesidad de supervivencia, pero también a la exploración de lo desconocido. Esta tendencia hacia la movilidad está inscrita en nuestro genoma y en la memoria colectiva de la humanidad.

Si bien la migración voluntaria moderna puede parecer una extensión de esta naturaleza nómade, la migración forzada difiere sustancialmente. En lugar de elegir el momento y el destino del desplazamiento, las personas se ven obligadas a partir por factores externos, como la guerra, los desastres naturales o la persecución política. Este quiebre en la autonomía del movimiento humano afecta psicológicamente a los migrantes, generando una experiencia de pérdida que se conoce como duelo migratorio.

Las Múltiples Pérdidas en el Duelo Migratorio

El duelo migratorio se define como el proceso emocional y psicológico que surge de la pérdida de la patria, la cultura, las relaciones afectivas, el idioma y la identidad personal. Aunque la migración forma parte de nuestra historia como especie, el ser humano moderno está más vinculado emocionalmente a los entornos que habita, a diferencia de los antiguos nómadas, cuya identidad estaba menos arraigada a un territorio específico.

A diferencia del duelo convencional, la pérdida en la migración forzada es ambigua y múltiple. Como señala el psiquiatra José Luis González de Rivera, la pérdida no es definitiva, ya que el país de origen sigue existiendo, pero está inaccesible. Esta “pérdida ambigua” genera confusión emocional y un sentimiento de no pertenencia, tanto en el país de acogida como respecto a la tierra natal.

Las principales dimensiones del duelo migratorio incluyen:

  • Pérdida de Lugares Conocidos o Familiares: La pérdida del espacio geográfico es una de las más visibles, pero también una de las más dolorosas. Los paisajes familiares, las calles, los sonidos y los olores se pierden, provocando una sensación de desarraigo.
  • Pérdida de la Cultura: La lengua, los rituales, las festividades y las tradiciones se ven interrumpidas. La identidad cultural, una parte fundamental del sentido de pertenencia, se desdibuja en el proceso de adaptación.
  • Pérdida de Contacto con las Relaciones Significativas: La distancia o la separación física de la familia, los amigos y la comunidad de origen suelen generar sentimientos de soledad y aislamiento.
  • Pérdida de la Identidad: La identidad personal se ve afectada por la pérdida de los roles sociales que tenía la persona en su país de origen. Este desafío a la identidad se vuelve más agudo cuando se enfrentan a la discriminación o la exclusión en el nuevo entorno.

El Proceso de Adaptación: La Dualidad Entre la Identidad Nómada y la Necesidad de Raíces

Los antiguos nómadas humanos se adaptaban rápidamente a nuevos ambientes, desarrollando estrategias de supervivencia y explorando nuevas oportunidades. Aunque esta capacidad de adaptación sigue presente en la migración moderna, la necesidad de raíces emocionales y culturales se ha intensificado debido a la evolución de la vida en comunidades, las estructuras familiares y la necesidad de pertenencia e identidad cultural.

Un proceso exitoso de adaptación psicológica a la migración incluye las siguientes etapas:

  • Fase de Desorientación: Los migrantes experimentan confusión y ansiedad ante la novedad del entorno.
  • Fase de Reconstrucción de la Identidad: Con el tiempo, las personas reconstruyen su sentido de pertenencia, integrando nuevos elementos culturales a su identidad.
  • Fase de Integración: La persona alcanza un equilibrio entre la cultura de origen y la cultura de acogida, desarrollando una identidad bicultural.

¿Cuándo Buscar Apoyo Profesional Para el Duelo Migratorio?

Si bien el duelo es considerado un proceso psicológico esperable y normal frente a una pérdida, muchas veces, las situaciones críticas y estresantes que atraviesa la persona, sumado a los diferentes factores de vulnerabilidad que podrían estar presentes, interactúan para que el duelo se vuelva un proceso complicado y extendido. Cuando la adaptación a las distintas pérdidas no logra llevarse a cabo adecuadamente, esta dificultad puede generar un gran costo en la salud mental de las personas migrantes. En este punto, la psicoterapia puede ser un espacio de ayuda para facilitar el proceso de adaptación a las pérdidas, de reconstrucción de la identidad y de integración de las diferentes culturas. La atención psicológica para los migrantes puede abordar tanto las pérdidas experimentadas como las estrategias para fomentar la adaptación y la resiliencia.

Conclusiones Sobre el Duelo Migratorio

Si bien los seres humanos tenemos la habilidad para adaptarnos a nuevos estímulos o ambientes, la migración puede constituir un desafío a esa capacidad y tener un gran impacto emocional. La pérdida de la patria, la cultura, las relaciones y la identidad genera un proceso psicológico profundo que a veces requiere acompañamiento profesional.

El duelo migratorio es una experiencia emocional compleja que combina pérdida y transformación. Reconocer las múltiples dimensiones de este proceso y abordarlo desde una perspectiva psicológica integradora es esencial para apoyar a los migrantes en su viaje hacia una nueva vida. A través de intervenciones culturalmente sensibles y enfoques terapéuticos centrados en la resiliencia, los profesionales de la psicología pueden desempeñar un papel fundamental en el acompañamiento de estas transiciones.

  

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Conflictos familiares en navidad y año nuevo - TERAPIA WEB

Conflictos Familiares en las Fiestas

Conflictos Familiares en las Fiestas: Cómo Manejar las Tensiones en Navidad y Año Nuevo

Las fiestas de fin de año, como Navidad y Año Nuevo, son momentos donde, muchas veces, nos reencontramos con familiares y amigos que, aunque importantes, pueden no siempre brindarnos un ambiente de total armonía. Es común que estas reuniones traigan consigo tensiones, expectativas y hasta conflictos antiguos que resurgen. A continuación, veremos algunas de las razones detrás de estos conflictos y algunas estrategias para manejarlos, con el objetivo de que puedas enfrentar estas situaciones de una manera más saludable.

¿Por qué los Conflictos Aumentan en las Festividades?

Según estudios en psicología social y clínica, como los realizados por John Gottman, experto en relaciones interpersonales, y Roy Baumeister, investigador en psicología social, las festividades pueden amplificar las emociones y expectativas que ya tenemos respecto a nuestras relaciones. Las reuniones familiares son contextos cargados de expectativas emocionales; esperamos cercanía, amabilidad y comprensión, lo que puede hacer que los desencuentros sean particularmente dolorosos. Además, la presión social de “disfrutar en familia” y “hacer las paces” añade una capa de complejidad, activando emociones que a veces están reprimidas durante el año.

Según investigaciones de psicología clínica, las familias suelen tener dinámicas de rol, donde cada miembro juega una “función” en el grupo (el protector, el exitoso, el mediador, etc.). En ocasiones, estas dinámicas pueden generar tensión, especialmente cuando algunos miembros de la familia no se sienten cómodos con el rol que se les asigna o con las expectativas implícitas.

¿Qué Tipos de Conflictos Son Comunes?

Los conflictos familiares en épocas de festividades suelen girar en torno a temas recurrentes, como:

  • Diferencias de Valores y Creencias: Los intercambios producidos en las reuniones pueden poner en evidencia diferencias de valores, creencias o perspectivas sobre temas importantes. Esto puede surgir en conversaciones sobre política, religión o hasta sobre la vida personal de cada uno.
  • Expectativas Desiguales de Cercanía: Para algunos familiares, la reunión de Navidad representa una ocasión para estar realmente unidos y compartir detalles personales. Sin embargo, otros pueden preferir una relación más superficial, lo cual puede dar lugar a tensiones cuando estas expectativas no se alinean.
  • Conflictos No Resueltos del Pasado: Los reencuentros pueden traer a la superficie conflictos antiguos que nunca se resolvieron adecuadamente, reactualizando sentimientos de resentimiento o tristeza que parecían dormidos.

Estrategias para Manejar las Tensiones Familiares

Afortunadamente, existen maneras de manejar las situaciones incómodas que puedan surgir durante las fiestas. Los expertos en psicología mencionan estrategias efectivas para estas situaciones:

  • Establecer Límites Claros: La investigadora Brené Brown, especializada en la vulnerabilidad y la comunicación interpersonal, subraya la importancia de los límites en las relaciones familiares. Establecer límites claros —como hasta dónde permites que alguien opine sobre tu vida o cuánto tiempo pasarás en una reunión— puede ayudar a prevenir que te sientas invadido o sobrecargado emocionalmente.
  • Practicar la Escucha Activa: Aunque puede ser difícil en momentos de tensión, la escucha activa (prestar total atención y tratar de entender el punto de vista del otro sin interrumpir ni juzgar) puede reducir los malentendidos. Esto permite que ambas partes sientan que su perspectiva es válida, disminuyendo la probabilidad de una escalada en el conflicto.
  • Evitar Conversaciones Sensibles: Aunque puede sonar evasivo, evitar temas delicados en un contexto donde las emociones están a flor de piel puede ser una opción estratégica y saludable. Conversaciones sobre temas controvertidos pueden postergarse para otro momento, donde todos estén en un estado emocional más equilibrado.
  • Practicar la Autocompasión y la Paciencia: Durante las festividades, es importante recordar que cada persona viene con su propio bagaje emocional. Las psicoterapias de tercera ola, como la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) o la Terapia Centrada en la Compasión (CFT), enfatizan la importancia de aceptar nuestras emociones y practicar la autocompasión. Reconocer que no estamos obligados a satisfacer las expectativas de los demás o validar las diferencias, puede ayudar a disminuir el estrés en estas reuniones.
  • Planificar un Tiempo de Recuperación Emocional: Después de una reunión cargada de emociones, es útil tomarse un momento para recuperarse. Esto puede incluir actividades que te relajen y que sean significativas, como leer, dar un paseo o simplemente descansar.

Es Adecuado Buscar Apoyo Profesional en Ciertas Ocasiones

En ocasiones, los conflictos familiares pueden ser demasiado difíciles de manejar por nuestra propia cuenta. Psicoterapeutas especializados en relaciones familiares, como los que trabajan con enfoques sistémicos o de terapia cognitivo-conductual, pueden ayudarte a identificar patrones y a aprender a manejar mejor estas situaciones. También pueden ayudarte a explorar cómo tus propias emociones y reacciones pueden influir en la dinámica familiar y a desarrollar herramientas para abordar los conflictos de manera más saludable.

Las reuniones familiares pueden ser significativas y, al mismo tiempo, pueden ser demandantes emocionalmente. Con estrategias prácticas y apoyo, es posible navegar estos encuentros de una manera más tranquila y satisfactoria.

  

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