Terapia Web Argentina - Terapia cognitiva con parejas

Terapia Cognitivo Conductual con Parejas

Terapia Cognitivo Conductual con Parejas

La Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) con parejas es una modalidad de intervención psicológica que ha demostrado ser eficaz en la mejora de las relaciones de pareja. Esta terapia, desarrollada a partir de los principios de la teoría cognitiva de Aaron T. Beck y sus colaboradores, se caracteriza por su enfoque en la interacción de múltiples elementos que influyen en la experiencia de la pareja. Aunque el término “cognitivo-conductual” figura en su nombre, la TCC no se reduce sólo al aspecto cognitivo o a la conducta sino que, además, reconoce la importancia de factores que influyen a las personas como el ambiente, la biología, las emociones, la conducta y la cognición en el contexto de las relaciones amorosas.

 

¿Cuándo Recurrir a la Terapia Cognitivo Conductual con Parejas?

La TCC con parejas es una opción apropiada para una amplia variedad de situaciones y desafíos en las relaciones de pareja. Se ha aplicado exitosamente en casos que abarcan desde problemas de comunicación y conflictos recurrentes hasta la infidelidad, la falta de confianza, la pérdida de intimidad emocional o sexual y otros obstáculos que pueden surgir en una relación. Además, esta terapia puede ser beneficiosa tanto para parejas que buscan resolver problemas específicos como para aquellas que desean fortalecer su vínculo y mejorar la calidad general de su relación. Es importante destacar que la TCC con parejas es igualmente eficaz para parejas heterosexuales y del mismo sexo, independientemente de la duración de la relación.

 

Ventajas de la Terapia Cognitivo Conductual con Parejas

1. Enfoque Basado en la Evidencia: La TCC es ampliamente respaldada por la investigación científica en el ámbito de la psicología clínica. Esta base de evidencia sólida proporciona a los terapeutas y a las parejas la confianza de que las estrategias y técnicas utilizadas son efectivas y respaldadas por la ciencia.

2. Mejora de la Comunicación: Uno de los objetivos fundamentales de la TCC con parejas es mejorar la comunicación. Este enfoque ayuda a las parejas a expresar sus pensamientos y sentimientos de manera más clara y efectiva, lo que reduce las probabilidades de malentendidos y conflictos.

3. Cambio de Patrones Negativos: La terapia facilita la identificación y modificación de patrones de pensamiento y comportamiento negativos que pueden contribuir a la dinámica disfuncional de la pareja. Esta corrección de patrones negativos crea un espacio para la resolución de conflictos y el cambio positivo en la relación.

4. Fortalecimiento del Vínculo: La TCC no se limita a resolver problemas; también busca fortalecer el vínculo emocional entre los miembros de la pareja. Este aspecto contribuye a una relación más sólida y satisfactoria a largo plazo.

5. Aprendizaje de Habilidades Duraderas: Durante el proceso terapéutico, las parejas adquieren habilidades de afrontamiento y resolución de problemas que pueden aplicar de manera continua a lo largo de su vida juntas. Estas habilidades les permiten enfrentar desafíos futuros con mayor eficacia y confianza.

 

En resumen…

La Terapia Cognitivo-Conductual con parejas ofrece una sólida base teórica respaldada por la investigación científica y proporciona herramientas efectivas para mejorar las relaciones amorosas. Al considerar la interacción de múltiples elementos en la experiencia de pareja, abordar la modificación de expectativas, la corrección de atribuciones y la mejora de la comunicación, esta terapia brinda a las parejas la oportunidad de superar obstáculos y construir relaciones más saludables y satisfactorias. Si tú y tu pareja enfrentan desafíos en su relación, consideren la TCC con parejas como una opción valiosa para trabajar juntos hacia un futuro más armonioso y satisfactorio.

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TERAPIA WEB ARGENTINA - CRISIS DE LA MEDIANA EDAD

Crisis de la mediana edad y psicoterapia

Crisis de la Mediana Edad y Psicoterapia

La crisis vital de la mediana edad ha sido objeto de estudio y discusión en el ámbito de la psicología durante varias décadas del siglo pasado. Se observó como un fenómeno que afectaba a distintas personas en un momento particular de sus vidas y se caracterizaba por la aparición de una súbita sensación de insatisfacción o cuestionamiento de la identidad, valores y propósito en la vida.

En la actualidad, se considera que esta crisis vital suele producirse entre los 40 y los 60 años (de edad cronológica), aunque el momento exacto en el que se experimenta podría variar de una persona a otra. A menudo, esta crisis es acompañada con la toma de decisiones importantes, cambios significativos de carrera, separaciones, divorcios, la adquisición o el desprendimiento de bienes materiales relevantes o la pérdida de seres amados. Esto último, también suele generar en las personas una mayor conciencia de la propia mortalidad y del tiempo restante por vivir.

Es importante tener en cuenta que la crisis vital de la mediana edad no es un trastorno mental, sino un proceso considerado normal dentro del desarrollo evolutivo. Sin embargo, esta crisis puede ser un momento dificultoso, angustiante y estresante para algunas personas, especialmente si están experimentando cambios significativos relacionados a fracasos y pérdidas (por ejemplo, de un trabajo, de una relación, de un ser amado o de un estatus social).

 

Misma Crisis, Diferentes Géneros

Algunos estudios han demostrado que tanto hombres como mujeres suelen experimentar la crisis vital de la mediana edad, pero pueden hacerlo de maneras diferentes. Por ejemplo, los hombres pueden sentir una mayor presión para cumplir con las expectativas culturales como “alcanzar el éxito” en alguna forma que se considere socialmente valiosa, mientras que las mujeres pueden estar más enfocadas en encontrar un equilibrio entre su vida laboral o profesional y su vida personal.

Las investigaciones sugieren que los hombres se inclinan a sentir una mayor presión social para sostener su sentido de masculinidad y su eficacia tanto en el trabajo como en su vida personal. En consecuencia, algunos pueden sentir la necesidad de incrementar los esfuerzos para demostrar su valía a través de logros, lo que puede llevar a un aumento del estrés y la ansiedad. Por otra parte, también suele ser frecuente el malestar debido a la sensación de pérdida de la juventud y la vitalidad, lo que puede generar una mayor preocupación por el envejecimiento y la mortalidad.

Por su parte, las mujeres pueden experimentar una mayor presión para equilibrar sus responsabilidades profesionales y familiares, lo que puede llevar a vivenciar un incremento del estrés. En esta etapa de la vida, las mujeres también suelen experimentar cambios fisiológicos (como la aparición de los signos de la menopausia) y también emocionales, lo que puede llevar a una búsqueda de mayor reflexión y exploración de sus metas significativas de vida, sus valores y sus sentimientos. Además, puede sobrevenir la necesidad de reevaluar sus propias prioridades y sus relaciones como también, de encontrar un equilibrio entre sus propias necesidades y las de su pareja y/o familia.

 

Crisis Vital de la Mediana Edad y Terapia Psicológica

La psicoterapia puede ser un recurso valioso para aquellas personas que están experimentando una crisis vital de la mediana edad. Un psicólogo clínico puede ayudar a las personas a explorar sus pensamientos y sentimientos, identificar patrones de pensamiento disfuncionales y encontrar formas de hacer frente al estrés y la ansiedad asociados con esta etapa de la vida.

Existen diferentes enfoques terapéuticos que pueden ser útiles en la crisis vital de la mediana edad. Por ejemplo, la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) puede ayudar a las personas a identificar y cambiar patrones de pensamiento disfuncionales que aumentan el malestar emocional, mientras que la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) puede ayudar a las personas a aceptar los pensamientos y sentimientos difíciles y a comprometerse con acciones que les permitan avanzar hacia sus metas y valores personales.

Además de la psicoterapia, hay muchas estrategias que las personas pueden utilizar para hacer frente a la crisis vital de la mediana edad. Estas incluyen reflexionar sobre los valores personales y la identidad, buscar nuevas experiencias y oportunidades, cultivar relaciones significativas y practicar la autocompasión y la autocomprensión.

 

Más que un Epílogo: un Momento de Transición y Crecimiento

La crisis vital de la mediana edad es un proceso normal, una etapa de transición, que forma parte del desarrollo evolutivo de una persona, en el que las personas con frecuencia cuestionan su identidad, valores y propósito en la vida. Sin embargo, puede ser un momento estresante y difícil para algunas personas al atravesar cambios, pérdidas, la aceptación de la propia mortalidad y del tiempo restante (variable e incierto) de vida. Los psicólogos clínicos expertos en la psicoterapia de los duelos y las crisis vitales podrían ser de gran ayuda en este proceso. Además, existen diversas estrategias y enfoques terapéuticos que pueden ser útiles para lograr atravesar la crisis vital de la mediana edad, desarrollarse y fortalecerse a partir de ello, para disfrutar de una vida más plena y significativa.

 

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Terapia Web Argentina - Afrontamiento del estrés

Afrontamiento de situaciones estresantes

Afrontamiento del estrés: cómo manejar situaciones difíciles y regular nuestras emociones

En la actualidad, el afrontamiento del estrés suele ser un proceso complejo que la mayoría de las personas atraviesan al lidiar cotidianamente con situaciones estresantes. Un afrontamiento inadecuado o insuficiente del estrés puede conducir a una afectación del bienestar mental y fisiológico. Desde los desafíos laborales hasta las dificultades personales, el estrés puede convertirse en un obstáculo abrumador. Sin embargo, la capacidad de afrontar y manejar el estrés de manera efectiva es algo que los seres humanos podemos desarrollar y fortalecer. Exploraremos aquí algunas estrategias claves para enfrentar situaciones estresantes, regular nuestras emociones y mantener un equilibrio emocional saludable.

 

Afrontamiento de situaciones estresantes

El afrontamiento es un aspecto fundamental para hacer frente a situaciones estresantes. Es importante reconocer que cada persona tiene su propio estilo de afrontamiento, por ejemplo, algunas personas se centran en resolver el problema directamente, mientras que otras prefieren centrarse en regular las emociones asociadas al estrés. Ambos enfoques pueden ser válidos, dependiendo de la situación.

Resulta esencial identificar qué estrategia de afrontamiento funciona mejor para cada persona y utilizarla de manera adaptativa, es decir, funcional a cada situación y contexto. Algunas estrategias comunes incluyen hablar con alguien de confianza, buscar apoyo emocional, establecer metas realistas y practicar técnicas de regulación emocional que pudiesen ser de ayuda para lidiar con los sentimientos experimentados.

 

Afrontamiento del malestar emocional

Ha sido demostrado que la capacidad de tolerancia al malestar emocional tiene una relación con la forma en que las personas afrontan las situaciones estresantes. La tolerancia al malestar emocional se refiere a nuestra capacidad para experimentar y regular las emociones negativas o displacenteras efectivamente.

Con frecuencia, se trata de evitar o suprimir estas emociones incómodas, lo que muchas veces puede llevar a un mayor estrés y malestar emocional a largo plazo. En cambio, aprender a aceptar y reconocer las propias emociones, incluso las indeseables, se torna imprescindible para poder gestionarlas de la manera más efectiva y saludable.

Resulta imprescindible desarrollar habilidades de regulación emocional, como identificar los pensamientos automáticos negativos, cuestionar su validez y permitir otros pensamientos más realistas y alternativos. Además, es de mucha ayuda practicar y reforzar otras habilidades como la compasión (hacia uno mismo y otros) y el autocuidado, para construir niveles de tolerancia al malestar emocional que resulten funcionales y de ayuda.

 

Afrontamiento y manejo del estrés

Un manejo del estrés adaptativo implica aprender a gestionar las demandas y presiones estresantes de manera efectiva. Esto conlleva desarrollar una mayor conciencia de los propios pensamientos y creencias relacionadas con el estrés. Frecuentemente, la forma de interpretar una situación puede amplificar los niveles de estrés y malestar.

A un nivel psicológico, es útil cuestionar nuestros pensamientos negativos y examinar si están basados en la realidad. Es importante reevaluar la situación desde una perspectiva más objetiva y buscar soluciones o acciones prácticas, como también, cuidar que las precupaciones no estén presentes en exceso. Además, es relevante complementar nuestro bienestar general mediante una alimentación favorable, ejercicio regular y la búsqueda de actividades que brinden satisfacción y relajación.

 

Afrontamiento del estrés y terapia psicológica

El afrontamiento de situaciones estresantes, la tolerancia al malestar emocional y el manejo del estrés son constructos interrelacionados que desempeñan un papel fundamental en la salud mental y el bienestar de los individuos. Los profesionales de la salud mental, en el espacio de la terapia psicológica, pueden guiar intervenciones terapéuticas efectivas.

En casos de dificultades con el manejo del estrés y/o trastornos psicológicos con sintomatología asociada al estrés, la terapia psicológica puede ser de suma ayuda y centrarse en promover habilidades de afrontamiento adaptativas, mejorar la tolerancia al malestar emocional y fomentar estrategias de manejo del estrés basadas en la reevaluación cognitiva y la regulación emocional.

Diferentes psicoterapias basadas en la evidencia, tales como la Terapia Cognitivo Conductual u otras reconocidas terapias con base en el modelo cognitivo, han demostrado tener efectividad en el tratamiento de un amplio rango de dificultades emocionales y de salud mental, tanto como en promover la reducción de los niveles de estrés y la mejora del bienestar psicológico.

 

Conclusiones y Recomendaciones Finales

El manejo del estrés es esencial para mantener una buena salud mental y emocional en la vida diaria. Al aprender a afrontar adaptativamente las situaciones estresantes, desarrollar mayores niveles de tolerancia al malestar emocional y manejar el estrés de manera efectiva, es posible mejorar la calidad de vida y reducir los impactos negativos del estrés en la salud.

Las personas pueden ampliar la capacidad de cultivar estas habilidades y encontrar las estrategias de afrontamiento que mejor se adapten a sus necesidades individuales. Con práctica y perseverancia, resulta posible superar los desafíos estresantes y construir una vida más equilibrada y satisfactoria desde el punto de vista emocional.

 

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Procrastinación y estrés - Terapia Web Argentina

La procrastinación: una aliada estresante

La Procrastinación: Una Aliada Estresante

La postergación, ampliamente difundida como procrastinación, es un fenómeno y mecanismo frecuentemente observable en la actualidad. Muchas personas tienen la tendencia de dejar para mañana lo que pueden hacer hoy, incluso si eso significa que tendrán que trabajar bajo presión o en un estado de estrés extremo. La postergación puede parecer una forma de evitar el estrés en el momento presente, pero en realidad, postergar produce más estrés a largo plazo.

 

¿Qué se Entiende por Procrastinación o Postergación?

Desde la perspectiva de la psicología cognitiva, la procrastinación o postergación se entiende como un mecanismo de afrontamiento evitativo que trae aparejado una dificultad en la regulación emocional. Las personas que postergan tienen dificultades para manejar sus emociones de manera efectiva y, en consecuencia, recurren a la evitación como una estrategia, una aliada, para lidiar con el estrés y el displacer. En lugar de enfrentar la tarea por delante, se la deja más tarde o incluso para otro día.

Sin embargo, paradójicamente, esta estrategia de evitación termina siendo una aliada aparente ya que sólo aumenta el estrés a largo plazo. Cuando se aplaza o evita el emprender una tarea, la ansiedad experimentada en el momento presente disminuye de forma temporaria pero no desaparece con el tiempo. Además, en la medida en que se acerca una fecha límite, la ansiedad, el estrés y el riesgo de experimentar consecuencias indeseadas aumentan aún más.

Por otra parte, la postergación también puede generar sentimientos de culpa, decepción y vergüenza, al notar las consecuencias que dilatar la aproximación y la finalización de las tareas o actividades puede traer.

 

Postergación y Autoestima

La postergación también suele tener efectos negativos sobre la autoestima o la propia imagen. Cuando una persona posterga, con frecuencia suele verse a sí misma como descuidada, floja o incapaz. Estos pensamientos negativos pueden llevar a un ciclo de auto-desvalorización y disminuir la confianza en las propias habilidades y capacidades. A su vez, esto puede aumentar aún más el estrés y la ansiedad en torno a la tarea.

Cuando una persona se auto-califica como perezosa o incompetente, esto perpetúa patrones de pensamiento negativos que pueden distorsionar la autoimagen y contribuir a una baja autoestima.

 

Procrastinación y Toma de Decisiones

Otro problema con la postergación es que puede llevar a una toma de decisiones de menor calidad. Cuando se experimenta estrés y sentimientos abrumadores, suele haber cierta tendencia a tomar decisiones sesgadas, impulsivas o apresuradas, al contar con menor tiempo para considerar todas las opciones y elegir la mejor solución. Procrastinar puede conducir a la elección de la opción de menor calidad o la que permite posponer la tarea por más tiempo y esto puede generar consecuencias negativas a largo plazo, como un trabajo deficitario o la pérdida de oportunidades.

 

Procrastinación y Autoconfianza

La postergación puede también responder a ciertos sesgos relacionados a la autoconfianza. Una autoconfianza insuficiente o las inseguridades pueden propulsar pensamientos negativos acerca de las propias capacidades y llevar a las personas a distanciarse de las tareas a realizar. Por el contrario, un exceso de confianza en las propias capacidades puede llevar a subestimar factores externos como cualquier imprevisto o el tiempo real y necesario para culminar una determinada tarea.

Por otra parte, algunas personas procrastinan activamente al considerar que su desempeño será mejor al trabajar “bajo presión” que al hacerlo a otro ritmo o en otras condiciones y, además, confían en que esto les hará sentir más motivadas y desafiadas. Otras personas postergan de una forma pasiva al encontrarse con las dificultades de tomar decisiones y actuar consecuentemente.

 

¿Se Puede Superar la Procrastinación y Reducir el Estrés que Produce?

La procrastinación, al tratarse de un mecanismo o estrategia de afrontamiento evitativa, puede limitarse y/o abandonarse paulatinamente. Para ello, es necesario contar con un repertorio de afrontamiento más amplio y más efectivo ante el estrés a largo plazo y para alcanzar las metas deseadas. Algunas estrategias que pueden ayudar son:

  • Establecer metas y plazos realistas y honestos con las propias posibilidades.
  • Identificar y desafiar los pensamientos negativos o que no sean de ayuda.
  • Re-Entrenar la atención y la capacidad de concentración.
  • Estar más conscientes de las ventajas y desventajas de postergar.
  • Aceptar y valorizar el desempeño y los procesos, aún con resultados “imperfectos”.
  • Centrarse en las recompensas y las posibles sensaciones positivas luego de acercarse a la tarea y avanzar.
  • No subestimar ni sobreestimar las dificultades.
  • No subestimar ni sobrevalorar las propias capacidades.
  • Habilitarse a buscar apoyo emocional y/o práctico ante las dificultades.

 

Procrastinación y Terapia Psicológica

Como se mencionó, la procrastinación, usualmente constituye un tipo de mecanismo o estrategia de afrontamiento que termina teniendo relación con un incremento y mantenimiento del estrés a largo plazo, pero además, puede formar parte de diferentes problemáticas o dificultades de salud mental que requieran tratamiento psicológico como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), Depresión y Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC).

La postergación puede llegar a constituir un problema difícil de superar por nosotros mismos. A veces, es necesaria la ayuda de otros para superar patrones de creencias negativas y el repertorio estrategias de afrontamiento por evitación que resultan contraproducentes. Buscar apoyo en el entorno (de amigos o familiares) puede ser un buen comienzo pero, sucede a veces, que junto a estas fuentes de apoyo, una persona puede beneficiarse aún más al recurrir a un profesional de la salud mental.

Los psicólogos clínicos por su formación cuentan con los recursos necesarios para brindar ayuda específica a estos problemas. El espacio de la terapia psicológica puede proveer ayuda suficiente para construir recursos y estrategias alternativas para hacer frente a la postergación disfuncional y para reducir el estrés asociado.

 

Resumen

En resumen, la postergación puede parecer una forma de evitar el estrés en el momento presente, pero en realidad, postergar produce más estrés a largo plazo.
La procrastinación o postergación puede entenderse como una dificultad para la regulación emocional. Las personas que postergan tienen dificultades para manejar sus emociones de manera efectiva y, en consecuencia, recurren a la evitación como una estrategia para lidiar con el estrés y el displacer. Sin embargo, esta estrategia de evitación solo aumenta el estrés a largo plazo.
Para superar la postergación y reducir el estrés asociado, es importante establecer metas y plazos realistas, identificar y desafiar los pensamientos negativos y de poca ayuda, re-entrenar la atención y la concentración, aceptar resultados imperfectos y buscar apoyo del entorno y de un profesional de la salud mental. Al tomar medidas para enfrentar la procrastinación, es posible reducir el estrés y la ansiedad asociados con este mecanismo frecuente y mejorar la calidad de vida.

 

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